Tlacuache.
“Ahí viene el
Tlacuache
cargando un tambache
por todas las calles
de la gran ciudad.
El señor Tlacuache
compra cachivaches,
y para comprarlos
suele pregonar”
Fragmento de la canción El
Ropavejero
Francisco Gabilondo Soler
Fragmento de la canción El
Ropavejero
Francisco Gabilondo Soler
Ahora es turno de hablar de un animalito que no
posee buena fama, no es muy agraciado estéticamente para algunos, en las
caricaturas no lo ponen precisamente como el bueno y para rematar su mala
suerte ha sido perseguido por el hombre por ser considerado como un devorador
de animales de crianza.
Pero si sigues leyendo te darás cuenta que lejos de
ser un animal que debe ser ahuyentado o temido, es una criatura mítica que fue
venerada por nuestros antepasados y que actualmente necesita protección,
respeto y admiración.
Para algunos es considerado como un fósil andante,
pues desde su aparición en la tierra, que fue hace sesenta millones de años, se
le puede ver sin modificación física, pues no ha sufrido cambios.
Su nombre común es Tlacuache,
palabra que proviene del náhuatl Tlacuatzin que significa “el pequeño que come fuego", también es conocido como
zarigüeya o comadreja; en México existen
cinco géneros de tlacuaches (Chironectes, Didelphis, Marmosa, Philander y
Caluromys), una de las especies es endémica (Marmosa canenscens) y hay otra que
es acuática, la cual está adaptada para vivir en el agua.
Si un día caminando por el Bosque de Tlalpan y te encuentras con un animalito con ojitos de botón y muy despeinado es
muy probable que se trate de un tlacuache de la especie Didelphis virginiana, físicamente es del tamaño de un gato mediano,
sus patas son cortas, tiene nariz puntiaguda y larga, sus orejas son redondas y
sin pelo como su cola que tiene la característica de ser prensil (que puede
atrapar las cosas con ella), su pelaje es revuelto y áspero; las hembras poseen
una bolsa ventral, llamada marsupio, donde sus pequeños se resguardan al nacer.
Se le puede encontrar desde el
norte de Estados Unidos hasta Perú, y en este territorio prefiere alojarse en matorrales
xerófilos de las partes bajas, hasta los bosques templados de las montañas, así
como, en zonas cultivadas y suburbanas. En estas zonas buscan algún espacio hueco
o un árbol para realizar su madriguera, la cual rellenan con hojas para tener
mayor comodidad y calor; esta generalmente es ocupada por la hembra y sus
crías.
El tlacuache es un mamífero y
tiene durante el año dos periodos de reproducción uno a inicios de la primavera
y otro a finales de verano, por lo que en ocasiones la mamá puede ser observada
con dos camadas; el tiempo de concepción es de 13 días aproximadamente.
Después
de este tiempo las pequeñas zarigüeyas se dirigen al marsupio de su madre donde
las más osadas se prenderán de uno de los pezones de su progenitora para
continuar con su desarrollo, el cual dura aproximadamente 2 meses más, después
de este tiempo las crías comenzaran a dejarse ver y a aventurarse a su vida
independiente.
Este animalito no es tan
quisquilloso en cuanto a su alimentación, se le considera omnívoro, pues se
puede decir que come de todo, su dieta abarca desde algunos insectos, frutos
cultivados, bayas silvestres, carroña y hasta se les puede encontrar en algunos
botes de basura seleccionando su menú.
Él también es parte
de la cadena alimenticia, por lo que debe preocuparse si lo rondan los coyotes
o algún perro, también es ocasionalmente perseguido por el hombre pues
considera que su carne, huesos y cola tienen poderes curativos. Por ejemplo: la piel del debido a sus características
de pelo corto y largo a la vez le otorga la facilidad de usarla como imitación
de piel de nutria o castor; su carne y aceite se consideran como útiles en la
cura de la artritis, purificación de sangre o infecciones estomacales; y sus
huesos son usados para lograr los partos difíciles.
Algo muy curioso de él es que al
momento de verse amenazado y notar que la huida ya no es posible suele tirarse
al suelo poner sus ojos en blanco, colgar la lengua y quedarse quieto, tal como
si estuviera muerto. Esto le da la
oportunidad de engañar a su depredador y huir.
Podemos decir orgullosos que el
tlacuache es el único marsupial mexicano, y que lejos de ser un roedor o un ropavejero,
como se menciona en la canción de Cri-Cri, este mamífero que fue amado en la
época prehispánica ahora debe ser respetado pues realmente no hace ningún daño,
además de que debemos cuidarlo porque es como un fósil viviente, en pocas
palabras en él se conjunta un enorme valor cultural y ecológico que debemos
respetar.
-Fuentes electrónicas:
-http://www.fcb.uanl.mx/mastozoologia/doc/cnlt.pdf
-http://www.mexicolindoyquerido.com.mx/mexico/index.php?option=com_content&view=article&id=283:el-tlacuache&catid=196:flora-y-fauna-mexicana&Itemid=70